“Después de 21 años es imposible desligarse del mundo del arbitraje”
Quizás estemos acostumbrados a ver a los que llegan. A los árbitros y asistentes que salen en televisión cada fin de semana realizando el sorteo de campo entre Gabi Fernández y Andrés Iniesta. Y sólo cuando tu mundo es el fútbol, te das cuenta de que hay más. En la Escuela de Árbitros, en el Centro de Tecnificación arbitral, en cada Comité y, por supuesto, en los más de mil partidos que se disputan cada fin de semana desde La Robla a Arenas de San Pedro, desde Navaleno a Espinosa de los Monteros.
La esencia del arbitraje es la misma en un Provincial que en un Nacional. Las circunstancias, no. Pero no hay que olvidar que para estar allí, tienes que haber pasado por aquí. Por el entramado de designaciones, partidos, desplazamientos, informes, clases, pruebas, entrenamientos, arrepentimientos, alegrías, fallos, ascensos y descensos. David Becerril Gómez, árbitro, hermano de árbitro, sobrino de árbitro y novio de árbitra finaliza esta temporada su periplo por los campos de fútbol tras 21 años agarrado a un silbato. Su edad, casi 35 años, no le permitirá continuar arbitrando en Tercera División la próxima temporada. En 2004 ascendió a Segunda División B, máxima categoría donde ha dirigido encuentros. El pasado viernes recibió una mención especial, por parte de la delegación provincial de la FCyLF en Palencia, a toda su trayectoria. Por ser uno de esos árbitros “hormiga”, que trabaja, se cae y se vuelve a levantar. De los que aguantan la carga para que el fútbol se sostenga y alguno de sus compañeros llegue a saludar a Gabi y a Iniesta.
¿La edad le hará dejar el silbato?
A 1 de julio tendré que dejar de pitar en Tercera División. De momento no sé lo que haré en ese futuro inmediato. Lo que sí sé que haré los próximos partidos que me quedan será disfrutar al máximo de ellos. Y también sé que, después de 21 años en este mundo, es prácticamente imposible desligarme.
¿Sus comienzos fueron muy precoces?
Comencé con 14 años y no he parado ningún fin de semana. En todos ha habido fútbol. Mi tío pitaba en Provincial y nos animó a mi hermano Rubén y a mí a ir a verle, a pasar por el colegio de árbitros y aquí sigo. Mi hermano es ahora asistente en Segunda División y mi novia arbitra en Provincial. Con eso lo digo todo.
¿Ha llegado donde quería?
Haciendo una valoración rápida, la verdad es que sí. Yo he disfrutado mucho de todos los partidos, he superado y vivido grandes cosas sobre el césped. Al final lo que te llevas es la gente que conoces, los amigos, sea en Primera o Tercera División.
¿El premio de la delegación palentina a su trayectoria llega en el momento adecuado?
Sí. Para mí fue muy bonito recibirlo. Me llamó nuestro delegado, Chus, el culpable de que seamos una familia, y me lo comunicó. Y estoy muy agradecido por ello.
¿Se ha reído sobre el césped?
Claro que sí. Ha habido de todo en 21 años. Pero sobre todo buenos momentos. Recuerdo uno en un partido de play off en el que mi asistente se olvidó el banderín en el vestuario. Al ir a recogerlo para no demorar el inicio del partido, se cayó tal culada al salir del campo que hasta los agentes de la policía se preocuparon por su estado. Todavía nos reímos de aquella. Son momentos de compañerismo y responsabilidad muy bonitos.
¿Qué va a echar de menos realmente?
Sobre todo la satisfacción que sientes al terminar un partido. Acabar con el trabajo bien hecho es una sensación inigualable. Cualquier árbitro dirá lo mismo. El viaje hacia un partido, el pre partido y post partido son también experiencias que voy a echar de menos.
Para usted la esencia del arbitraje es…
Es una forma de vida. No lo conoces hasta que estás dentro. Te engancha y te atrapa. Es un todo. Algo que siempre me acompañará y llevaré dentro.
Becerril Gómez en distintas imágenes como árbitro en Tercera División y Segunda B, junto con su hermano y su pareja, también colegiados. En su primer partido arbitrando con tan sólo 14 años y recogiendo el galardón del fútbol palentino el pasado viernes.
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