“Los límites los pones tú”. Esta frase terminó de convencer a Iván Bragado Fernández, futbolista del Grupo VIII de Tercera División con el CD Benavente durante ocho temporadas hasta que un tumor cerebral le alejó, sólo de manera momentánea, de los campos de fútbol. Iván es un deportista de alto rendimiento, como su currículum reza, en el campo de juego y en la vida misma. Cursa nivel básico en la Escuela de Entrenadores de la FCyLF.
Hoy, ocho años después de haber sido diagnosticado con su enfermedad, comienza el nivel básico del Curso de Entrenadores de la Federación de Castilla y León de Fútbol en León, ciudad donde reside de lunes a viernes, centrado en su recuperación en el Centro de Referencia de Discapacidad y Dependencia de San Andrés de Rabanedo. Cuando llega el fin de semana, se desplaza hasta su localidad natal, Benavente, para entrenar y compartir partido con los benjamines de su equipo de siempre – Iván ya posee el título de Monitor- “Hago de segundo entrenador, porque hay otras personas que están más en el día a día, pero yo tengo una relación magnífica con los futbolistas y con sus padres que me han acogido muy bien”, relata Iván, a punto de comenzar sus pruebas de acceso para el curso de la Escuela de Entrenadores. Debe recorrer 1600 metros sobre el tartán en menos de 12 minutos en su silla de ruedas y lanzar un balón medicinal. No le preocupa en exceso. Está seguro de sí mismo; como también lo está, Héctor Menéndez, profesor de la Escuela y responsable de examinar a Iván. “Lo importante es normalizar estas situaciones y ver que su integración es perfectamente posible. La actitud lo es todo. Nuestra labor será después adaptar las prácticas a sus condiciones”, relata Héctor. No en vano, Iván será la tercera persona con capacidades distintas en ingresar en la Escuela de Entrenadores de la FCyLF. Antes que él, hubo dos alumnos que se formaron y superaron las exigencias de los cursos temporadas atrás.
Iván Bragado se aventuró este verano en la ruta jacobea. Hacer el Camino de Santiago desde Roma en una bicicleta adaptada. Junto a él, otras personas discapacitadas se apoyaron los unos a los otros, dándose el relevo. Su monitor en esta aventura le animó a continuar su formación como entrenador de fútbol, su verdadera pasión. “Fue él quien me dijo que los límites eran cosa mía; que a qué esperaba. Y le hice caso. Además de matricularme en el nivel Básico, llamé a mi club y a la concejalía de Deportes de Benavente y les pregunté si podía echar una mano. Dese este inicio de temporada estoy con los chavales enseñando desde la banda”. Su historia de superación se ha visto ligada siempre al deporte. Gracias a él continúa en la sociedad de una manera increíblemente activa. Ha logrado practicar equitación, esquí, barranquismo, ciclismo, pilotar una avioneta, vela, submarinismo, kayak, moto acuática… con sus correspondientes trofeos, alegrías y triunfos, porque Iván continúa siendo un competidor nato, como lo era cuando corría la banda de Los Salados como capitán de su equipo en Tercera División.
“Para mí el fútbol lo ha sido y lo es todo. Los mejores amigos son los del fútbol y siguen estando ahí”, relata Iván, recién llegado de disfrutar de una comida con sus antiguos compañeros de alineación por el 70 aniversario del club. Sus limitaciones motoras le han dado alas a sus ahora 38 años. Espera terminar la temporada con el título de Entrenador debajo el brazo. La Escuela de Entrenadores de la FCyLF adaptó, hace años, las pruebas de acceso para que aquellas personas con distintas capacidades físicas que lo desearan pudieran formarse en Castilla y León. Iván será entrenador de fútbol gracias a su esfuerzo, valentía y lucha. La sensibilidad y alegría que despierta a su alrededor servirá para animar a personas con dificultades a superar sus miedos apoyándose en el fútbol.
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