Fernando Viedma Martín se retira del arbitraje por razones de edad. Su brillante trayectoria en los parqués del fútbol sala nacional avalan a este segoviano de adopción que un buen día decidió «hacerse árbitro» para practicar deporte tras ver un cartel promocional que decía «Otra manera de vivir el fútbol». Hoy, con 45 años, dice adiós al arbitraje en activo junto con otros tres árbitros nacionales, entre ellos, Gutiérrez Lumbreras, vallisoletano colegiado en Madrid.
¿Qué se lleva de este mundo del arbitraje?
Muchas cosas buenas, una experiencia muy positiva y grandes amigos de todos estos años. Alguna habrá habido negativa, pero esas se olvidan rápido. Sobre todo la gente, los compañeros y las vivencias, eso queda para siempre.
¿No parecía muy convencido al colegiarse hace ahora 20 años?
Llegué a Segovia hace más de dos décadas y estaba buscando una manera de hacer deporte. Ví un cartel que decía Vive el fútbol de otra manera y me dije a mi mismo que por qué no. Empecé poco a poco y mira.
¿Se acuerda de algún nombre en especial en estos momentos?
No sería justo nombrando sólo a uno. Más aún yo que he sido un árbitro que ha cambiado mucho de pareja arbitral. Pero sí que es verdad que voy a recordar con mucho cariño a Julio Redondo Arenales, el burgalés con quien he pitado cuatro años en Primera. Aunque también he compartido muchas tardes con árbitros de Segovia, de mi delegación, y nos hemos enriquecido mutuamente, sin duda.
¿Cómo fue esa final de Copa SM El Rey inédita?
Para mí un premio estar entre bambalinas de una final así. Algo agridulce por no haber podido tener más protagonismo a la hora de pitar pero muy contento desde luego. Me hubiera gustado pitar una final en Segovia cuando se celebró allí la Copa, pues al final me siento segoviano, pero en ese momento estaba en Segunda División.
¿Qué nivel de sacrifico le ha exigido el arbitraje a este nivel?
Mucho tiempo y mucho compromiso, sobre todo. O me comprometo o no me comprometo. Está claro que hay un punto de diversión porque si no, no lo harías, pero el nivel físico y técnico debe ser máximo. No puede haber desconocimiento cuando sales a la pista. Aquí tengo que agradecer y acordarme de mi familia, mi gran apoyo. Mi mujer y mis hijos que han sabido entenderme y adaptarse a las temporadas, las pruebas…
Y ahora, ¿qué hará?
Seguiré ligado de una manera u otra a este mundo. Mi hijo está pitando y yo seguiré como informador. Además quiero ayudar en la delegación y en el Comité a todo cuanto me necesiten. Yo estoy a disposición de ellos para sacar a los jóvenes árbitros adelante.
¿Qué consejo le daría a quienes ahora comienzan este camino?
Sobre todo que disfruten, que aprendan día a día y que no se preocupen de otra cosa. El esfuerzo y la lucha trae su recompensa y estar centrado en cada partido es lo más importante.
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