En una semana se pondrá en juego el balón de los cuartos de final de la Copa SM El Rey. En la revista oficial FCYLF En Equipo, el portero del Unami CP, Diego Garrido, rememora su participación en este Campeonato.
A Diego Garrido una grave lesión de rodilla estuvo a punto de apartarle definitivamente del verde el pasado mes de febrero. A sus 40 años, en un desgraciado choque con un compañero durante un entrenamiento, se rompió el ligamento cruzado anterior. Los médicos fueron francos con él: esto tiene “difícil curación”, le vinieron a decir. Pero no se rindió. Después de muchas sesiones de fisioterapia, infiltraciones de plaquetas en factores de crecimiento y duro trabajo, está “como un toro”, asegura.
La lesión le llegó al veterano meta en el momento más inoportuno, “poco después de ganarme la titularidad”, recuerda. Estuvo muchos meses parado y vio a su equipo quedarse a las puertas del ascenso al caer en la última eliminatoria ante el Ciudad Rodrigo, por eso ahora anda “ilusionado” con la posibilidad de devolver al Unami a Tercera RFEF.
“Nuestro objetivo es quedar primeros y subir”, reconoce.
Este año tiene más competencia que nunca en el puesto porque el nuevo entrenador, Gonzalo del Valle, procedente del Uxama, llegó al club con varios futbolistas sorianos, entre ellos dos porteros. Sin embargo, se muestra agradecido porque sigan contando con él a los 40 y se siente “a gusto”. “Somos una familia”, destaca. Muchas familias futbolísticas ha tenido Diego Garrido, que empezó a jugar al fútbol en el Racing Castilla, pero ha pasado por infinidad de clubes, sobre todo de la provincia, conociendo decenas de entrenadores y cientos de compañeros y rivales, por lo que allí donde va, es raro que no le conozcan… “Te llena de satisfacción cuando escuchas palabras de agradecimiento y elogio de los contrarios”, expresa.
Ha defendido la meta del Cuéllar, La Granja, Arandina CF, El Espinar, Prádena, Monteresma, Quintanar Palacio, CD Segovia, CD Sporting Nava de la Asunción, Unami o Gimnástica Segoviana. Precisamente con la ‘Sego’ de “Mediavilla, Fidel, Blanco, Quique Estebaranz, David Durán…” -enumera que logró el primer ascenso a Segunda B entrenaba a sus 18 años -siendo aún juvenil- y también de azulgrana tuvo su primer contacto con la Copa del Rey, en una eliminatoria de treintaidosavos de final ante el Real Sporting (0-0 en La Albuera, 2-1 en El Molinón) en 1999.
“Fue una experiencia muy bonita, increíble”, remarca el guardameta.