En el inicio del siglo XXI, una japonesa casi treintañera apareció por Valladolid para formarse como entrenadora de fútbol. Un presagio de lo que estaba por venir en el nuevo fútbol. Yuriko Saeki acudió a la Escuela de Entrenadores de la Federación de Castilla y León de Fútbol para cursar el entonces denominado “Nivel 3”, que la FCYLF programaba de manera intensiva en los meses de verano, cumpliendo con su pasión y objetivos: vivir por y para el fútbol. Antes, había completado con éxito los cursos 1 y 2 en la Federación Madrileña.
Hoy, aquella futbolista y entrenadora y hoy, experta del fútbol, comprometida y entregada, es consejera ejecutiva de la J. League, máxima categoría del fútbol profesional japonés.
Yuriko nos atiende desde Japón, feliz a pesar de las circunstancias sanitarias, adaptada a su nueva realidad tras decir adiós a su exitosa etapa en los despachos del Villarreal CF.
Háblenos de sus retos en la Meiji Yasuda J1 League.
La filosofía de la J.League siempre ha sido muy clara. Queremos ser la liga que más cuide a la sociedad y la que quiere bien al pueblo. En la J.League hay un departamento llamado “Sharen” y fomentamos la contribución social de los 56 clubes profesionales en sus localidades. En el último año hemos realizado unas 25.000 acciones y actividades. Lo que me gustaría destacar es que no son acciones benéficas tipo donar dinero o ropa sino son acciones reales aportando recursos humanos y atendiendo las necesidades de cada sector. Quiero decir con esto que más allá de la enseñanza, la metodología o el estilo de juego nosotros queremos entender el fútbol profesional como un concepto corporativo y social y que nuestra industria no se quede sólo en un cambio del valor monetario sino un cambio del valor humano y social.
¿Qué recuerda de su etapa de formación en la Escuela de Entrenadores de Castilla y León?
Recuerdo un mes muy duro e intenso, muy intenso. Entonces yo vivía en Madrid. En Valladolid estuve en una residencia durante el tiempo que duró el curso, estuve sola, sin conocer a nadie, pero me fui allí muy decidida a hacer el curso así que me vino bien para aprender. Me ayudaron todos, los compañeros también, pero, sobre todo, me ayudaron y me animaron mucho los profesores.
¿Qué queda de aquella alumna que aspiraba a ser entrenadora profesional?
Ganas de superarme cada día un poco más. Ganas de crecer. Ganas de aprender.
¿Ha alcanzado o desarrollado sus sueños e ilusiones en el fútbol español?
Cuando empecé esta carrera como entrenadora en 1993 creo que tenía otra mentalidad. Empecé entrenando a un equipo alevín y el segundo año quería entrenar a un infantil porque pensaba que entrenar a una categoría superior me hacia mejor entrenadora. Pues así seguí mi camino, alevín, infantil, cadete, juvenil y hasta tuve la gran suerte de entrenar a un Tercera división (Grupo VII) en 2013. Ahí es cuando empecé a pensar “¿Qué es ser buen entrenador? ¿En qué consiste ser buen entrenador? ¿Qué diferencia hay entre un buen entrenador y otro que no lo sea tanto?” Creo que ahí es cuando empezó la búsqueda de mi verdadero camino como entrenadora. Si mis sueños e ilusiones eran entrenar en la máxima categoría posible creo que en tercera masculina pude alcanzar casi mi tope. Con el paso del tiempo, mis objetivos se han ido convirtiendo en más intrínsecos, por ejemplo, sentir que cada día aprendo algo más. Desde que estoy en la J.League me doy cuenta de lo poco que sé y esa sensación es maravillosa para poder seguir aprendiendo.
¿Qué cambios destacaría en estos 30 años desde que usted comenzó en el fútbol?
En España, en estos últimos 30 años, hemos mejorado las instalaciones deportivas y también el material deportivo. Hace 30 años casi todos los campos de fútbol eran de tierra, pero hoy en día la gran mayoría de los campos son de césped artificial. También se ha normalizado que todos los chavales entrenen con la misma ropa cuando en mi época cada uno íbamos con nuestra propia ropa deportiva. Así que se puede decir que a nivel de infraestructura hemos mejorado mucho. Por otro lado, creo que cada vez somos más entrenadores, no sé si más formados, pero sí con más títulos. Ya no se ve tanto eso de que el papá de un niño entrene. También hemos crecido en cuanto al número de licencias. He oído que en los últimos 20 años se ha duplicado el número de fichas federativas en España. Y, por último, destacaría el crecimiento importante del fútbol femenino en estos últimos 5 años.
¿Cree en el poder del fútbol para cambiar el mundo?
TOTALMENTE. ¿Qué herramienta mejor que el fútbol para transmitir valores? El fútbol es una herramienta con un poder de impacto social, emocional y económico inimaginable. Sólo tenemos que modificar un poquito nuestra mentalidad y aprender a bien-usar este maravilloso deporte para que entre todos hagamos un mundo mejor.
Su ejemplo servirá a aquellas mujeres que quieran dedicarse al fútbol en cualquier parte del mundo…
Aquel día de 1993 cuando hice esa llamada a la Escuela de entrenadores para preguntar si yo también podía estudiar para ser entrenadora, realicé tres preguntas al director y estas fueron sus respuestas:
- Tengo 19 años. ¿Puedo hacer el curso?
– La edad mínima es de 16 años así que sin problemas. - Soy extranjera. (Llevaba un año y medio desde que llegué a España y no manejaba bien vuestro idioma) ¿Puedo hacer el curso?
– Ahora mismo estamos manteniendo una conversación y tú me entiendes y yo te entiendo así que no veo ningún problema en que seas extranjera. - Soy mujer, ¿Puedo hacer el curso?
– No entiendo tu pregunta. ¿Es que una mujer no puede formarse igual que un hombre?
Ésta última contestación del director fue la que me animó a afrontar el reto de mi vida, ser entrenadora de fútbol.
Sin duda, tuve suerte de “caer” en un país como España porque entiendo que en otros lugares del mundo las cosas no son tan fáciles para los extranjeros y/o mujeres. Es muy difícil cambiar el mundo, pero la verdadera libertad consiste en poder elegir y yo pude hacerlo. Se nos pueden ocurrir muchas justificaciones para no hacer algo, pero si uno quiere, puede… y, sobre todo, la motivación, ese factor intrínseco que te mantiene firme para continuar por el camino elegido y de esta manera poder desarrollarte, te proporciona grandes dosis de satisfacción personal. Así que, animo con todas mis fuerzas a todas aquellas mujeres que quieran dedicarse al fútbol para que decidan y elijan por sí mismas su camino.